Golondrina y Magnolia

Algunas ciudades saben elegir muy bien los nombres de las calles. 
Por ejemplo, mi novia está parando estos días en la casa de su hermana en Cariló. Recién me pasó la dirección para ir a verla este fin de semana: Golondrina y Magnolia. ¡Así cualquiera! ¡Yo quiero vivir en una esquina así!
El nombre de la calle debería ser más importante cuando pensás en mudarte. No es una cuestión menor: durante años vas a estar dando tu dirección a amigos, parientes, deliveries... 
A mi me caen muy mal esas calles de Puerto Madero que tienen todas nombres de mujer. Quizás si no estuvieran todas juntas en el mismo barrio no me jodería, pero así parecen re pretenciosas.
¿Y si vivís en Jean Jaures qué hacés? ¿Lo españolizás y decís "Jeanjaures" o respetás la pronunciación francesa y decís "Shan Shoré"? Yo muero de verguenza si tengo que decirle a un taxista "Vamos hasta Shan Shoré".
Al lado más analítico de mi cerebro le gustan las calles numeradas, como en Necochea: las calles pares son paralelas al mar y las impares, perpendiculares. Bien prolijo y ordenado. 
El problema es que en "Golondrina y Magnolia" seguro que hay una casita con jardín y chimenea donde vive una chica hermosa. En "87 y 134", en cambio, seguro que hay una sucursal de la AFIP.

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